En los días calurosos de verano, no hay nada mejor que disfrutar de una bebida fresca y refrescante. En tiempos pasados, el botijo, un objeto tradicional en numerosas regiones de España, solía ser el método ideal para mantener el agua fría durante horas.
El botijo es un recipiente de cerámica que ya se usaba en la prehistoria y que se popularizó mucho en la península ibérica. Su diseño es sencillo pero efectivo: tiene una forma redondeada, con un pitorro en la parte superior y una asa en el lateral. El material de cerámica poroso permite una evaporación paulatina del agua almacenada en su interior, lo que provoca un efecto de enfriamiento natural.
Utilizar un botijo es muy fácil. Solo necesitas llenarlo con agua fresca y dejarlo a la sombra durante unos minutos para que el agua empiece a evaporarse y brinde un efecto refrescante. A continuación, puedes beber directamente del pitorro o utilizar un vaso.
Hoy en día, el botijo se utiliza sobre todo como objeto decorativo. Sus diseños son variados y pueden ser muy coloridos. En Cataluña, específicamente en Argentona, se encuentra el Museu del Càntir (botijo), donde se puede aprender mucho sobre este recipiente tradicional y su historia. Incluso se pudeden admirar algunos ejemplares hechos por Pablo Picasso.
Foto: Botijos en Argentona
Además, cada agosto se celebra la Fiesta del Càntir en Argentona. Desde su reintroducción en 1951, se ha convertido en una tradición recrear anualmente un modelo moderno del botijo tradicional, con ejemplos de gran tamaño que adornan las calles. Visitar Argentona para descubrir más sobre el botijo es una experiencia que verdaderamente merece la pena.
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